Desde hace más de 20 años, Catherine y Patrick se esfuerzan por desarrollar prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente y hoy se han comprometido con un proceso de alto valor ambiental (HVE) que, al igual que la etiqueta orgánica, es una acreditación que reconoce la preservación del medio ambiente.
Esta acreditación, con obligaciones basadas en resultados en términos de biodiversidad, protección de la vid, fertilización y protección de los recursos hídricos, responde plenamente a los objetivos del Foro Medioambiental Grenelle.
Este espíritu les permite practicar pacíficamente su oficio enológico produciendo vinos sanos y auténticos, que expresan la pureza aromática de la vid y desentierran el espíritu del terroir.
Todos sus vinos disfrutan además de las ventajas de ser AOC (denominación de origen registrada) y respetan la Carta del Enólogo Independiente.
La elaboración de sus excepcionales vinos alsacianos ha sido llevada a cabo por asociados experimentados y con la ayuda de sus trabajadores temporeros. Son sus esfuerzos los que contribuyen al sano desarrollo de la vid, la uva y el vino.
Creen que es especialmente importante invertir en sus alumnos y aprendices, que contratan después de que hayan terminado sus estudios.